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Prosame: una entidad basada en el empleo y la autonomía

Prosame: una entidad basada en el empleo y la autonomía

Acceder a las instalaciones de Salud Mental Burgos es como internarse en una pequeña galería de arte. Nos sorprende, al traspasar su puerta, cómo algunas de las obras que han dado vida a su ya histórica exposición Puro Arte cuelgan de sus paredes, para romper con algunos de los estereotipos ligados a la salud mental. El entorno es luminoso y de una estética muy artística.

Con menos arte en las paredes pero mucho en los usuarios que participan de este recurso, nos trasladamos hasta el centro ocupacional de Vela Zanetti, donde Jorge Revilla nos cuenta que lleva más de seis años en la entidad. «Sobre todo trabajamos en el manipulado de cables en automoción para la empresa Antolín«, nos explica este joven de 39 años para quien trabajar es necesario «porque no podemos estar sin hacer nada todo el día».

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En este grupo de trabajo, donde se palpa una gran empatía y amistad entre ellos, también nos encontramos con Carlos Santamaría quien acudió a la entidad hace cinco años por consejo de su psiquiatra. «La crisis y la enfermedad me impidieron seguir trabajando como peón de albañilería por eso me gusta poder estar aquí trabajando».

Juan Salinas acompaña al grupo pero en su caso como voluntario. «Son varias la ocasiones que he participado con Prosame y me resulta muy agradable pasar mi tiempo aquí porque todos somos amigos», nos cuenta el responsable de ocupar aquellos huecos que el trabajo les permite. «Les enseño técnicas de tai chi chuan porque para mi fibromialgia ha sido muy bueno y creo que la relajación de esta técnica china, practicada al aire libre, carga de energía y es muy positivo para ellos». Una actividad complementaria que también combinan con la ajedrez.

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Desde este centro ocupacional nos trasladamos a otra de las instalaciones de Prosame, concretamente hasta «Las Torres» donde un grupo de personas disfrutan juntas de diversas actividades dentro del taller de habilidades sociales, y donde nos encontramos con Gema González, de 26 años, quien tan sólo lleva unos meses en la entidad «porque estoy derivada desde Salud Mental Aranda, donde he estado cerca de un año y medio». «Aquí en Las Torres hacemos principalmente manualidades, como pintar mandalas y algunas cosas más, porque aunque estuve un tiempo en el centro prelaboral  de momento estoy descansando». A Gema la gustaría poder trabajar en una empresa normalizada «porque yo tengo un módulo de auxiliar de enfermería pero sé que ahora el mercado laboral está muy complicado». No obstante, el sueño de Gema es poder volver a Aranda, encontrar un trabajo «y poder independizarme con mi pareja».

En «Las Torres» precisamente se ubica su ropero solidario, una iniciativa en la que participan algunos usuarios de la entidad y que tiene muy buenos resultados, y que además representa una puerta de entrada y acercamiento a la salud mental por parte de la sociedad burgalesa.

Quien sí ha encontrado un  trabajo es Berta García, que aterrizo en Prosame «hace menos de un año» para que pudieran vincularla a la bolsa de empleo de la entidad. «Tuve mucha suerte porque al poco tiempo me llamaron para trabajar en un puesto de helados, y ahora estoy como ayudante de conserjería en el centro cívico más grande de Burgos, el Centro Cívico San Agustín». Esta joven es licenciada en derecho pero nunca ha llegado a trabajar de lo suyo, pero «estuve trabajando durante 9 años  en un centro comercial aunque con la crisis hicieron un ERE y me despidieron». Ella combina actualmente su trabajo con un curso de la Junta de Castilla y León «sobre gestión administrativa, que es un ámbito que me gusta más». Berta no se pone límites laborales aunque piensa que su futuro se dirige al ámbito privado «porque un oposición es muy complicado y se presenta muchísima gente».

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Otro de los puntos fuertes de esta entidad es su apuesta por las viviendas, a cuyo frente se encuentra Trini Cámara la coordinadora de este recurso que actualmente cuenta con cinco viviendas con 16 usuarios «a la que sumaría una más este mes de enero con cinco plazas, y posiblemente otra más que incrementaría en 3 las plazas en los próximos meses». Los habitantes de estas viviendas forman parte del resto de recursos de la entidad lo que le da aún más carácter de familia. Desde 1997, Prosame cuenta con esta opción de residencia para sus usuarios, «gracias a lo que las personas alcanzan un mayor grado de autonomía que aquellos que siguen viviendo con la familia«. Y es que la red de viviendas de la entidad representan una de la apuestas más fuertes de la entidad, «porque no sólo trabajamos la autonomía sino que también trabajamos las habilidades sociales a través del técnico que acude a las viviendas». Trini destaca como «de la frialdad con la que llegan al principio a los pisos se va modificando hasta formar una pequeña familia donde ellos también mejoran en su empatía al ver cómo cada persona tiene unas características concretas debido a su enfermedad».

Para Maripaz Merino, como presidente de la entidad, tanto el empleo como la viviendas son los pilares en los que debe basarse la recuperación de las personas con problemas de salud mental. Desde que comenzara a estar vinculada a la entidad como socia, los años han pasado y ella se ha sentido en la responsabilidad de asumir el cargo de la presidencia «aunque como sigo trabajando, las labores de representación no suele poder hacerlas pero sí me implico en toda la gestión interna que me corresponde». Como familiar de dos hermanos reconoce la gran importancia de este tipo de asociaciones, pero no se olvida de destacar la necesidad de contar con los familiares y de dar respuesta a sus preocupaciones. «Nos sentimos muy solos frente a las instituciones y además somos los más cuestionados porque tenemos que tomar decisiones muy difíciles en los peores momentos», denuncia Maripaz, aunque también reconoce que las cosas están mejorando. Destaca la presidenta que sólo gracias a los recursos de las asociaciones «estas personas encuentran un espacio y, aún así, es necesario seguir dando respuestas, por ejemplo, a esa gente que se encuentra en la calle y que en un alto porcentaje tiene un problema de salud mental».

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Romper las barreras es otro de los esfuerzos que desde Prosame sigue trabajando, «y podemos decir que se va consiguiendo, y que la sociedad burgalesa empieza a acercarse a la salud mental con menos estereotipos», nos cuenta Conchi Antolín, gerente de la entidad. Esta mujer ha visto y vivido todos los cambios de ritmo de la asociación y ahora «estamos en una muy buena trayectoria con un equipo de 19 profesionales muy bien coordinados e implicados con este proyecto».

Un camino que después de 25 años sigue ampliando su recorrido y que constituye la referencia en salud mental en Burgos.

 

 

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