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Elena Briongos, presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León, apela a la responsabilidad de las administraciones públicas en la mejora de la atención a la salud mental

Discurso Elena DMSM23

Elena Briongos, presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León, apela a la responsabilidad de las administraciones públicas en la mejora de la atención a la salud mental

La presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León apela, durante su discurso del Día Mundial de la Salud Mental,  a todas las administraciones públicas a su responsabilidad a la hora de hacer efectivas las medidas que favorezcan la atención a la salud mental y garanticen el respeto y cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas con problemas de salud mental.

Compartimos aquí el discurso íntegro de Elena Briongos.

Muy buenos días a todas a todos,

no sabéis la ilusión y el orgullo que siento hoy de poder daros la bienvenida a esta tierra, Burgos, que es la mía, y a esta maravillosa ciudad que es Miranda de Ebro.

Ya lo ha comentado el presidente de nuestra asociación, Francisco Arenas, que las distancias física que nos separa en esta Comunidad Autónoma es mucha, pero hoy aquí, cuando os veo, puedo confirmar que la distancia entre las personas del movimiento asociativo es ínfima, y por eso somos cerca de 500 las personas que estamos celebrando y reivindicando este Día Mundial de la Salud Mental.

Dice el lema de este año que la Salud Mental es un asunto Mundial y que se trata de un Derecho universal. Esta es la realidad que las cifras nos arrojan año tras año. Esta es una cuestión presente en todo el mundo y que no distingue entre razas, patrias, sexos, edades, posiciones sociales o económicas. 

La salud mental es una necesidad del mundo a la que entre todas y todos debemos abordar y dar respuesta.

Nuestro movimiento asociativo aglutina, actualmente, a cerca de 7.500 personas, entre personas con experiencia propia, familiares, y profesionales, que integran nuestras 11 asociaciones y 21 delegaciones en el medio rural.

Somos esa masa social representativa de la salud mental, que quiere estar presente en la comunidad, que sea escuchada y sobre todo RESPETADA.

No obstante, cumplimos este año como Federación regional, 30 años de existencia. Un camino que hemos recorrido de la mano de familiares, personas con experiencia propia, instituciones, asociaciones amigas, alianzas, colaboraciones, voluntariado que de una forma u otra han ido aportando su buen hacer y también nos han sostenido, en muchas ocasiones, para no dejarnos caer en esta lucha continua.

Cada una de nuestras asociaciones, algunas con los 30 ya bien cumplidos, son como esos milenarios árboles que han atesorado sus vivencias en cada uno de esos anillos que se esconden en el interior de sus troncos. Tanta y tantas historias de vida que nos han convertido, porqué no decirlo, en excelsos especialistas de las personas y de la salud mental. Todo ello bajo un objetivo común: garantizar los derechos de las personas con problemas de salud mental, de las familias,  y de la sociedad en general, y con ello indiscutiblemente mejorar su calidad de vida.

Aún  tenemos que lamentar que en muchas, demasiadas ocasiones, nuestros derechos más fundamentales se vean vulnerados. El sistema evoluciona mucho más lento de lo que nosotras y nosotros lo hacemos.

os sabemos objeto de derechos como reconoce nuestra Constitución, esa Constitución a la que se apela cuando conviene, claro; objeto de derechos como reconocen las leyes europeas … pero la sociedad, en ocasiones, se olvida o antepone la patología mental a la propia condición intrínseca del ser humano.

También derechos reconocidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aprobada en 2006 en la Sede de las Naciones Unidas y ratificada por España en diciembre de 2007. Este importante instrumento establece que las personas con discapacidad tengamos todos y todas los mismos derechos y libertades; se nos respete como a las demás personas y podamos participar plenamente en la sociedad. Estas premisas a veces se nos olvidan y en muchas ocasiones todavía no se han articulado los apoyos y adaptaciones necesarias para cumplir con lo que dice la Convención.

Desde nuestro movimiento asociativo no nos vamos a cansar de reivindicar, exigir y denunciar, si así procede, el máximo respeto en los procesos de tratamiento a las personas con problemas de salud mental. Y para ello, no nos vamos a cansar de exigir respuestas reales y efectivas a las crecientes y acuciantes necesidades de la sociedad.

Pedimos mayor inversión pública y un notable incremento de recursos que ya de por sí suelen ser exiguos y que, según los estudios, sitúan a España a la cola de Europa en la ratio de profesionales de la salud mental. Un dato que a su vez contrasta y nos contraría, ya que ocupamos el segundo puesto en la prevalencia de problemas de salud mental sólo por detrás de Portugal.

Sacad vuestras propias conclusiones: el segundo país europeo con más personas con problemas de salud mental con la plantilla de profesionales más reducida de toda Europa. 

No sé vosotros pero yo veo muy claro donde está el problema.

Nuestra experiencia de más de 30 años como movimiento asociativo nos avala para poder decir que sin inversión, sin recursos y sin una buena coordinación sociosanitaria el problema sólo puede aumentar. 

Desde nuestras propias asociaciones vivimos el incremento de solicitudes y demandas que nos superan, y que hacen que en algunas de ellas surja el propio problema de supervivencia y viabilidad de la entidad.

España tan sólo destina un 5% del presupuesto de Sanidad a la salud mental, por debajo de la media europea, cuando la OMS ya está advirtiendo que será la principal causa de discapacidad del mundo en 2030… eso, os recuerdo, está a la vuelta de la esquina y seguimos sin recibir soluciones reales, firmes y efectivas.

Nuestro movimiento asociativo apuesta decididamente por la promoción de la autonomía, por la inclusión en la comunidad, por el fomento de la empleabilidad; en definitiva, por los proyectos de vida, por la vida independiente, por el respeto en la toma de decisiones de las personas…. 

Y la verdad es que esto no tiene nada que ver con estos otros datos que deben hacernos replantearnos el modelo público de atención a la salud mental. Por desgracia, también somos “líderes” en el consumo de psicofármacos. Algo que quizás también está relacionado con el hecho de que la ratio de profesionales de psicología, en 2018, era de tres veces menos que la media europea. Necesitamos más apoyos profesionales y menos medicación.

Las soluciones nunca son fáciles, los sabemos, pero también deben entender que empezamos a sufrir algo de cansancio de tanto esperar…. no podemos permitirnos que nuestros y nuestras jóvenes enfermen; que tras la pandemia se haya incrementado en un 47% los trastornos mentales entre los menores.

No podemos … no queremos.

Haremos lo que esté en nuestra mano incluso un poco más, que es lo que siempre ha hecho el movimiento asociativo.

Dejadme que, nos obstante, ponga también de relieve la apertura y las nuevas oportunidades de colaboración que nuestras instituciones locales, regionales y nacionales están generando con el movimiento asociativo. De verdad, gracias por apostar por la salud mental. La salud mental y el bienestar emocional no debe ser un “objeto” de enfrentamiento político ni institucional. Todos y todas estamos implicados, y debemos contribuir a la necesaria transformación social para que las desigualdades no nos hagan ser más vulnerables a padecer malestares psíquicos.

Tenemos aquí a la representante del Gobierno de España, Virginia Barcones; al viceconsejero de Sanidad Jesús García Cruces, representante de la Junta de Castilla y León, a la alcaldesa de la ciudad, Aitana Hernando …. los tres niveles de nuestra administración pública que han querido venir a apoyarnos y, espero que también, a tomar buena nota de estas reivindicaciones que siempre acompañan a nuestro Día Mundial de la Salud Mental. 

Apelamos a ellas y a ellos para seguir trabajando de forma decidida y realista sobre una necesidad que nos pisa los talones y que no nos da tregua. Aquí nos tienen, siempre dispuestas y dispuestos a trabajar, a sumar y a hacernos aún más fuertes en la unión y en el consenso.

Feliz Día de la Salud Mental

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