El pasado 26 de febrero tuve el honor de ser reelegida como presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León, por otros cuatro años. Un privilegio y una responsabilidad enorme, pero también una oportunidad para seguir construyendo una sociedad más justa, inclusiva y comprometida con la salud mental. No voy a negar que, desde que asumí la presidencia de la Federación en enero de 2019, han sido años intensos, con retos inesperados como una pandemia que nos obligó a reinventarnos, pero también con importantes logros que nos han fortalecido como movimiento asociativo. Ahora toca mirar al futuro y trazar la hoja de ruta de los próximos cuatro años.
Si algo tengo claro es que la salud mental no puede ser una moda pasajera. Llevamos décadas luchando para que sea una prioridad en la agenda política, en los medios de comunicación y, sobre todo, en la vida de cada persona. Pero ¡ojo! No vale cualquier enfoque. No podemos permitir que intereses ajenos al movimiento asociativo intenten apropiarse de nuestra lucha. Nuestro modelo de atención comunitaria, basado en la defensa de derechos, la participación activa y la experiencia en primera persona, es el que garantiza un cambio real y duradero.

Estos cuatro años los afrontamos con una Federación más fuerte y unida. Y esa fortaleza se traduce en cuatro grandes pensamientos y reivindicaciones que seguirán marcando nuestra labor:
- Importancia del enfoque comunitario. Seguiremos defendiendo un modelo de atención que permita a las personas con problemas de salud mental y sus familias recibir apoyo en su entorno habitual, promoviendo la autonomía y la inclusión. La atención no puede centrarse solo en el ámbito hospitalario; la comunidad debe ser el espacio donde las personas encuentren el respaldo que necesitan.
- Falta de recursos en el entorno rural. Como persona que vive en el medio rural, conozco bien las dificultades que existen. La falta de transporte público accesible, la escasez de recursos especializados y la precariedad laboral siguen siendo problemas estructurales que limitan el desarrollo personal y profesional de quienes vivimos fuera de las ciudades. Es fundamental garantizar igualdad de oportunidades en todo el territorio.
- Defensa de la mujer. Las mujeres con problemas de salud mental tenemos que hacer frente a una doble discriminación. Hemos impulsado iniciativas como el Proyecto JULIA, que fomenta el empoderamiento y la participación de mujeres en el entorno rural, pero todavía queda mucho por hacer. La creación de la Red Regional de Mujeres y Salud Mental es un paso más en esta dirección y vamos a seguir luchando para que nadie nos invisibilice.
- Necesidad de mayor inversión en salud mental. No podemos seguir conformándonos con políticas de mínimos. Es imprescindible que la salud mental sea una prioridad real para los gobiernos y administraciones, con recursos adecuados para la prevención del suicidio, la inclusión laboral y la atención infanto-juvenil. Exigimos compromiso y acciones concretas, no solo discursos vacíos.
También es importante reforzar el trabajo interno. Quiero que la Junta Directiva siga cohesionada y activa, con un intercambio fluido de ideas y responsabilidades. No se trata de que una persona tire del carro, sino de que todas juntas impulsemos el cambio. Para ello, me rodeo de los presidentes y presidentas de las asociaciones, y doy continuidad a mi equipo más cercano: como vicepresidenta, Laura de la Torre Fernández, como tesorera, Rosa Mª Gómez Iglesias, y sumo al equipo, como secretaria, a Raquel Barbero de Pablos.
Por último, queda mucho por hacer y consolidar. Aún existen desigualdades enormes en el acceso a recursos, las personas con problemas de salud mental siguen viendo vulnerados sus derechos y las administraciones deben implicarse más. Mi compromiso es claro: seguiré alzando la voz, reivindicando lo que es justo y poniendo a las personas en el centro de nuestra lucha.
Seguimos adelante, con más fuerza que nunca.
Elena Briongos Rica Presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León