La jornada de formación presencial de la segunda fase del Proyecto JULIA reúne a 24 técnicas del movimiento asociativo
Este pasado viernes pudimos disfrutar de una completísima jornada de formación presencial en Valladolid, dentro de la segunda edición del Proyecto JULIA, en esta ocasión cuenta con el apoyo de Fundación ONCE, y que se centra en la formación a profesionales de la red asociativa salud mental. A través del Campus Virtual Salud Mental Castilla y León se ha diseñado una formación especializada en la atención a mujeres con problemas de salud mental que residen en núcleos rurales de la Comunidad.
En total, un grupo de 24 profesionales hemos podido adquirir las habilidades necesarias para la creación de redes y empoderamiento de este colectivo y que dan respuesta al proceso de prevención, cuidados, violencia de género, empoderamiento y empleo, entre otras cuestiones, con el objetivo de acercar esta red de apoyos y recursos hasta estas localidades alejadas de los núcleos urbanos.
Proyecto JULIA: Redes que sanan en espacios rurales, arrancó su primera edición el pasado año y cinco talleres dirigidos a mujeres con problemas de salud mental que residen en los núcleos rurales de Villarcayo (Burgos), Roa de Duero (Burgos), Guardo (Palencia), Villablino (León) y Barco de Ávila (Ávila).
“Estos talleres estaban orientados a promover la máxima participación y empoderamiento de las mujeres, donde sus intereses, necesidades y características individuales sean las protagonistas de la acción”, explica Patricia Quintanilla, responsable del Área de Mujer de la Federación Salud Mental Castilla y León.
Según datos oficiales, la tasa de discapacidad en Castilla y León es del 10 por ciento, destacando que el número de mujeres duplica al de hombres en aquellas que generan mayor dependencia. En 2017, según los datos de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta había 26.992 personas con certificado de discapacidad por problemas de salud mental, de las cuales más de la mitad son mujeres y el 40% vive en el medio rural.
A ello se unen las conclusiones obtenidas el pasado año en nuestro “Estudio Mujer y Salud Mental” desarrollado por la Federación, “donde se realizaron 253 entrevistas personales en las once asociaciones de nuestro movimiento asociativo y de donde se extrajeron, entre otras conclusiones, la necesidad de atender a la mujer en el ámbito rural en áreas como los derechos sexuales y reproductivos; la promoción del autoconcepto y la autoestima; el apoyo a la autonomía, participación y liderazgo; el empleo y la formación, y la prevención de la violencia de género”, explica Patricia Quintanilla.
Ante esta realidad desde la Federación hemos puesto en marcha un “Plan Específico de intervención para la mujer con problemas de salud mental y mujeres cuidadoras” dentro del que se incluye el “Proyecto JULIA”. “Somos conscientes de que nuestras participantes están sometidas a la realidad del ámbito rural donde el aislamiento, la soledad o el estigma son factores que incrementan las probabilidades de ser víctimas de la violencia y, por ello, vamos a trabajar de forma específica la mejora de todas estos factores como herramienta preventiva”, explica Karina Rocha, trabajadora social del Área de Mujer de la Federación y responsable de los talleres del Proyecto JULIA.
“De hecho la idea principal sobre la que nace el Proyecto JULIA es la de tejer esas redes sociales, de pares y apoyos, que posibilitarán una mayor autonomía y empoderamiento de la mujer”, añade Rocha. No obstante, el acrónimo de JULIA es J de juntas; U de únicas; L de libres; I de independientes, y A de activas. Un proyecto específico y pionero en la mujer con problemas de salud mental en el ámbito rural.
Por todo ello, la segunda edición de Proyecto JULIA quiere ampliar la red de profesionales especialistas en estas dinámicas de intervención “que van a incrementar las herramientas y el radio de influencia de la atención a la mujer en salud mental, en el mundo rural de esta Comunidad Autónoma”, explica Karina Rocha.