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Iniciamos el Ciclo de webinarios ‘Ciudadanía Activa’ dirigido a personas con experiencia propia en salud mental

Ciclo Ciudadanía Activa

Iniciamos el Ciclo de webinarios ‘Ciudadanía Activa’ dirigido a personas con experiencia propia en salud mental

Desde nuestra Federación hemos iniciado el Ciclo de Webinarios ‘Ciudadanía Activa‘ con la charla de Irene Muñoz sobre ‘Mujer y salud mental: derechos desde una perspectiva de género‘. Esta iniciativa contará con un total de tres webinarios, dirigidos a participantes en los Comité Pro Salud Mental en Primera Persona de todas las asociaciones federadas, así como para personas con experiencia propia en salud mental. Los seminarios pretenden fomentar e impulsar la participación de las personas con experiencia propia, así como ampliar sus conocimientos sobre los aspectos tratados y sobre sus derechos, contando para ellos con profesionales de diversos ámbitos que, clarificarán las posibles dudas y permitirán poner luz sobre las temáticas tratadas.

Entrevistamos a la protagonista, Irene Muñoz, abogada y consultora internacional en derechos humanos. Máster en Derecho Internacional por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado parte de su formación en Alemania e imparte conferencias, talleres, seminarios, cursos y máster en materia de derechos humanos en múltiples universidades, instituciones públicas y entidades privadas. Buena parte de su actividad profesional está ligada al asesoramiento jurídico de Organizaciones no Gubernamentales para la defensa de los derechos humanos de colectivos vulnerables. En el ámbito de la salud mental, es asesora jurídica y responsable de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, así como profesora en el Máster de Rehabilitación Psicosocial en Salud Mental Comunitaria de la Universidad Jaume I.

¿Cuáles son los derechos que más se vulneran en las mujeres con un problema de salud mental y ¿Cómo puede verse agravada la salud mental de una mujer en la que se vulneran sistemáticamente sus derechos?

En nuestros informes anuales sobre el estado de los derechos humanos en salud mental, desde la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA mostramos las principales vulneraciones que hemos ido detectando sobre el terreno en materia de mujeres y salud mental, lo cual no quiere decir que no hayan más. Este trabajo es una carrera de fondo. Por eso, cada año, además de recordar lo que sigue pendiente, reflejamos las diferentes barreras que vamos detectando y afectan a los derechos de las mujeres a fin de ir creando una conciencia social en torno a su realidad y necesidades. Por señalar algunos aspectos que hemos denunciado a lo largo de estos años:

  1. El sesgo de género del sistema sanitario

El sistema de salud participa del androcentrismo imperante en la sociedad en la que está inserto, produciendo un sesgo en los y las profesionales de la salud, cuando son mujeres las que llegan a las consultas médicas, por la sencilla razón de que participan de los mismos condicionantes culturales que el resto de grupos sociales. Así, en este sistema que no ha sido creado para ellas, las mujeres se ven sometidas a diferentes formas de violencia que van desde la sobremedicación del embarazo, el parto o la menopausia, entre otras circunstancias de la vida, a la desatención de problemas de salud por atribuirlos a “cuestiones nerviosas”. También es frecuente una suerte de patologización del sufrimiento al diagnosticar como trastorno mental malestares asociados al transcurso propio de la vida diaria y que adquieren la forma de cargas relacionadas con los estereotipos de género o no se va al fondo del problema por haber un trasfondo de violencia, como, por ejemplo, de violencia machista.

  1. Acceso al empleo

En el colectivo de las personas con discapacidad se evidencian problemas como la brecha salarial por razón de género y el mayor riesgo de precariedad laboral, problemas que, por otra parte, se evidencian en el conjunto de la sociedad, incrementándose su intensidad en el caso de que dicha discapacidad tenga su origen en un problema de salud mental.

  1. Libertad sexual y violencia

En nuestros informes nos hemos hecho eco también del grave problema que supone el alto riesgo de las mujeres con problemas de salud mental (discapacidad psicosocial) a sufrir violencia psicológica, física o sexual en su vida de pareja y el alto porcentaje de estas mujeres que no la identifica como tal. En esto también juegan un importantísimo papel los factores sociales y estructurales, no solo por razón del género, sino también por el estigma asociado a los trastornos mentales, que provoca soledad, aislamiento y menor credibilidad. Sin embargo, lamentablemente, no es este el único tipo de violencia que estas personas sufren. También hay que prestar atención a las situaciones de violencia en el hogar, un problema que se vio incrementado durante el confinamiento y que fue denunciado por la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA. Finalmente, quiero hacer una especial mención a las mujeres sin hogar con problemas de salud mental, ya que, relegadas a los márgenes de la sociedad, viven en un limbo de derechos que las deja a merced de todo tipo de violencia y abusos.

  1. Salud mental materna

En España no hay datos sobre salud mental materna ni, por tanto, recursos que promuevan la prevención y su adecuado tratamiento. Los problemas de salud mental en el embarazo, el parto y el puerperio se viven en soledad, en un silencio que se convierte en drama ocultado a los ojos del mundo y que puede llevar, incluso, al suicidio. El embarazo, el parto y el puerperio, junto con la crianza en los primeros años, pueden comprometer la salud mental de la mujer por la inversión física y emocional que comportan. Sin embargo, las construcciones culturales y sociales estigmatizan a la madre que presenta lo que parece un desajuste con respecto a lo que se espera de ella y, en consecuencia, actúan como elementos disuasorios a la hora de pedir ayuda. Un ejemplo de ello es la depresión postparto, llamada también “depresión sonriente” por la tendencia de las mujeres a ocultarla con una sonrisa para no ser tachadas de “malas madres”. Otros problemas son el duelo gestacional y perinatal (muerte del bebé en el útero o en el parto) y todos los relacionados con la extirpación del propio útero. Urge cubrir las alarmantes carencias en recursos especializados, con mención especial a la psicología perinatal: apoyo psicológico proporcionado por personal específicamente formado, programas de psiquiatría perinatal, unidades madre-bebé, protocolos de actuación y coordinación de equipos, etc.Irene Muñoz

¿Es la falta de credibilidad el ‘prejuicio’ que suele sobrevolar sobre la mujer con problema de salud mental a la hora de exigir sus derechos en temáticas de violencia de género, por ejemplo?, ¿o son otras vulneraciones de derechos más frecuentes?

El estigma opera como una barrera de cimientos muy profundos que, en el caso de las mujeres con problemas de salud mental, adquiere un plus de discriminación añadido al que ya tenían por el hecho de ser mujer. Así, la mujer con problemas de salud mental, rompiendo el estereotipo normativo de lo que ha de ser una mujer, es calificada muchas veces de “incapaz”, “mala madre”, “histérica”, “mentirosa”, “manipuladora”, etc. El estereotipo de “loca” condiciona la credibilidad de su relato y eso está en la base de todo tipo de vulneraciones de derechos que van desde las dificultades de acceso al mercado laboral al padecimiento de todo tipo de abusos o violencia. En esta espiral de prejuicio, muchas veces la propia mujer interioriza esos juicios de valor que fomentan una imagen distorsionada de su realidad, conduciendo a una autopercepción negativa y a sentirse merecedora de las discriminaciones que sufre.

Señala aquellos aspectos que consideres que deberíamos destacar en relación a tu webinar

Necesitamos cambios urgentes que requieren medidas como las que venimos reivindicando todos estos años:

  • Incorporación por parte de los poderes públicos de los mandatos de género al ámbito de la salud mental, adoptando un posicionamiento claro al respecto a fin de mejorar la atención y visibilizar violencias simbólicas.
  • Inclusión del principio de igualdad entre mujeres y hombres en las políticas públicas en materia de salud mental y en la práctica de sus profesionales.
  • Realización de protocolos interinstitucionales de coordinación y derivación.
  • Formación a las y los profesionales que atienden a mujeres con discapacidad psicosocial.
  • Establecimiento de equipos interdisciplinares que trabajen coordinadamente.
  • Inclusión de las mujeres con discapacidad psicosocial de los recursos destinados a violencia de género.
  • Avance hacia un modelo de atención individualizada e integral, que adapte las respuestas a las necesidades de cada mujer contempladas desde un enfoque interseccional.
  • Incorporación de la violencia contra las mujeres con discapacidad psicosocial en las comisiones y los acuerdos sociosanitarios.
  • Incorporación en las herramientas de detección y valoración de las distintas situaciones que atienden los servicios sociales (dependencia, desprotección, riesgo de exclusión), diferenciando la violencia en el ámbito de la pareja de la violencia procedente de otros miembros de la familia y registrando también la existencia o sospecha de problemas de salud mental.
  • Recopilación de datos sobre salud mental materna e impulsar la concienciación social y la visibilización.
  • Creación de recursos que promuevan la detección, prevención y adecuado tratamiento de los problemas de salud mental materna desde la atención primaria.
  • Creación de protocolos de seguimiento a nivel nacional de la salud mental materna desde el embarazo, recursos psicoterapéuticos y unidades madre-bebé en los hospitales.
  • Provisión de recursos para las mujeres sin hogar con problemas de salud mental, orientados a la prevención y atención de los abusos sexuales.
  • Diseño de espacios donde las mujeres puedan exponer abiertamente todo lo que les afecte y preocupe en relación a la maternidad y la salud mental, dentro de un ambiente de confianza y libre de prejuicios.
  • Promoción del empleo de las mujeres con discapacidad psicosocial.

 

Como he dicho, estos cambios son urgentes, pero para que realmente sean efectivos hace falta una transformación de base: la de las mentalidades. Solo desde ahí será posible mover las estructuras, cambiar las dinámicas y crear un nuevo modelo de sociedad más justo e inclusivo.

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