«Prevención y sensibilización, formación de profesionales y apoyo directo especializado, son las tres patas sobre las que reposa nuestro proyecto de Atención Infanto Juvenil», Sergio Burjo, gerente de Salud Mental Miranda
Cada vez son más las instituciones que se hacen sensibles a la necesidad de seguir dotando de recursos las diferentes líneas de intervención en la salud mental de la población. Este es el caso del Ayuntamiento de Miranda de Ebro, que a través de su Consejo Social, financia el Proyecto de Atención Infanto Juvenil en Salud Mental que arranca hoy, 23 de septiembre, y que es coordinado y dirigido por nuestra asociación Salud Mental Miranda. Para conocer un poco más en qué consiste esta iniciativa, entrevistamos a su gerente, Sergio Bujo.
-¿En qué consiste el proyecto?
Se trata de un Proyecto de Atención Infanto Juvenil en Salud Mental donde recibimos un gran apoyo por parte de los agentes y entidades sociales de la ciudad. Desarrollaremos acciones preventivas y de sensibilización para jóvenes de 12 a 25 años, ofreciendo un apoyo especializado a los que sufren emocionalmente y corren riesgo de suicidio. Esta apoyo económico nos ha permitido contratar a dos psicólogas, a media jornada, que se van a integrar en el equipo junto a nuestra psicóloga Noelia. El proyecto se sustenta en tres patas; por un lado la prevención y sensibilización en centros educativos y en recursos para jóvenes. A ello se suma la coordinación y formación a los profesionales de Educación, Servicios Sociales y Sanidad de la ciudad y, finalmente, el apoyo directo especializado a las personas jóvenes. Esta última pata es la más importante, ya que el servicio se centra en la atención, acompañamiento y apoyo técnico a niños y jóvenes con problemas de salud mental, fomentando su autonomía y empoderamiento. Sin olvidarnos tampoco de sus familias, ya que son cruciales para el bienestar de los menores. Uno de los aspectos a destacar del proyecto es que las intervenciones serán flexibles y adaptadas a cada caso.
-¿Qué situación se vive entre la población infanto juvenil en Miranda?
No existe una gran diferencia con el resto de jóvenes de nuestra Comunidad Autónoma. Se trata de una etapa marcada por una sucesión de cambios que pueden actuar como importantes generadores de estrés, posicionando a nuestros jóvenes en una situación de especial vulnerabilidad. En Miranda se junta, además, que es una ciudad industrial a la que las crisis han golpeado fuertemente y que, aunque esta mejorando mucho su oferta educativa con la entrada en los últimos años de la Universidad de Burgos, obliga a muchos jóvenes a formarse fuera de su entorno pudiendo convertirse esto en una presión social , emocional y económica añadida. Por otro lado, al no ser Miranda de Ebro una ciudad capital de provincia echamos en falta una unidad estable de psicología infantil y juvenil en nuestra ciudad y comarca. Y también un apoyo psiquiátrico especializado infanto juvenil que, a día de hoy, solo se da en Burgos capital. En estos casos, los más graves, las familias tienen que desplazarse a más de 80 km eso en el caso que sean derivados, ya que se trata de un recurso de capacidad limitado. Entendemos que en la provincia de Burgos las zonas de Miranda y Aranda, por población y distancia con la capital, necesitan este recurso de atención más cercano y accesible.
-¿Habéis notado incremento de demanda entre este segmento de población?
Notamos en los últimos años que los problemas están apareciendo en edades más tempranas. Cuando interactuamos con los diferentes profesionales los casos que antes eran algo más puntual o minoritario se están convirtiendo en algo habitual. El proyecto arranca oficialmente hoy, 23 de septiembre, y en las últimas semanas ya hemos recibido demandas de atención directa por parte de familiares sin hacer publicidad aún del programa. Sabemos que nuestro recurso es limitado, y entendemos que la atención especializada podrá atender a unas 30-40 personas jovenes teniendo que priorizar ante los casos mas graves, pero afrontamos este reto con mucha ilusión con la esperanza de ayudar a esas familias y jovenes que están sufriendo.
-¿Cómo puede mejorar la salud mental de esta población a través de programas de prevención y sensibilización, porqué son necesarios?
Los menores y jovenes viven una etapa de muchos cambios y con muchos factores de riesgo, y creemos que la prevención y sensibilización puede minimizarlos. Creemos que si logramos que desde la infancia se mantengan hábitos saludables para continuar con una vida sana, trabajando distintos ámbitos como la alimentación, higiene, actividad física, hábitos tóxicos, etc, ayudaremos a que este sector de población adopte hábitos de salud que prevengan problemas de salud mental. Por otro lado, podemos concienciar sobre el abuso de las tecnologías, que es cada vez más notorio y con una incidencia directa sobre la salud mental, por ello debemos educar en el buen uso de estas herramientas como forma de prevención. El acoso escolar es uno de los problemas más negativos y más extendidos entre la infancia y la juventud, independientemente de la cultura, religión o estatus económico y que tiene una gran incidencia sobre nuestra población joven. Un problema que requiere una actuación inmediata debido al impacto en el rendimiento escolar y en la salud mental. La violencia, la exposición a situaciones de conflicto y las historias de trauma son cada vez más frecuente entre nuestros jóvenes.
-¿También se va a trabajar la prevención del suicidio?
No podemos olvidar que el suicidio constituye la prinicpal causa de muerte externa entre los jóvenes, pero que se trata de un problema que se puede prevenir. Sin embargo, no se destinan los medios y recursos humanos suficientes aún, y las cifras en los últimos años no dejan de aumentar considerablemente. También se ha incrementado la violencia sobre los menores, el maltrato, los abusos sexuales y la discriminación por identidad de género. Son aspectos que ponen en riesgo directo la salud de este grupo de la población. Desde Salud Mental Miranda vemos la necesidad de desarrollar ambientes de apoyo y de aceptación a estos menores basados en el respeto y los derechos sociales, para conseguir así reducir el sufrimiento psíquico de nuestros jóvenes.