Hoy hemos puesto el broche final al Ciclo de Webinarios ‘Ciudadanía Activa’, en esta ocasión con la la charla sobre ‘“Planificación anticipada de decisiones en salud mental”. Para ello hemos contado con la participación de Ana Mingorance, asesora jurídica y técnica de la Federación Salud Mental Andalucía, y Eva Mª Rodríguez, persona con experiencia propia en salud mental. Este ciclo de charlas se ha dirigido a participantes en los Comité Pro Salud Mental en Primera Persona de todas las asociaciones federadas, así como a las personas con experiencia propia en salud mental. el objetivo de estos seminarios es fomentar e impulsar la participación de las personas con experiencia propia, así como ampliar sus conocimientos en temáticas de interés para el colectivo.
Conversamos con las dos ponentes y estas son sus impresiones acerca de la defensa de los derechos fundamentales y en concreto de las autonomía y capacidad de decisión en torno a los procesos sanitarios en salud mental.
– Ana, ¿qué es exactamente la planificación anticipada de decisiones en salud mental?
Es una herramienta que se ha creado en el sistema sanitario andaluz para poder dejar reflejadas en el equipo de salud mental, en su aplicación informática que en Andalucía se llama Diraya, las voluntades, deseos y preferencias de atención en los casos que no pueda manifestar su voluntad. Esta herramienta se generó a través de un grupo de trabajo, de derechos humanos y salud mental, que se creó en el marco del Plan Integral de Salud Mental de Andalucía. Entre otras cuestiones se trató de mejorar cómo se podía respetar la voluntad de la persona usuaria de los servicios de salud mental de cara a humanizar el sistema y hacerlo más acorde a la Convención de la ONU para la protección de los derechos de las personas con discapacidad. Esta declaración de voluntad se realiza con el equipo de salud mental, normalmente enfermería y psiquiatra, junto a la persona afectada por el problema de salud mental. En ella puedes reflejar las siguientes cuestiones: designar personas para que actúen en su representación; nombrar personas a las que avisar o no avisar, y preferencias de visita; describir signos de alerta o síntomas previos a una situación de crisis; indicar actuaciones que le hacen sentirse mejor o peor; expresar preferencias en la medicación, actuaciones e intervenciones terapéuticas, medidas de contención o medidas coercitivas, así como profesionales; expresar: preferencias en dieta alimenticia, aseo, hábitos de sueño, hábitos religiosos o espirituales, prácticas de meditación o aspectos culturales, entre otras.
– ¿Quiénes pueden hacer uso de ello?
Cualquier persona usuaria o beneficiaria del sistema sanitario público de Andalucía y que esté atendido en un equipo de salud mental. Normalmente se intenta que este instrumento se utilice y realice en un momento de estabilidad, de empoderamiento y en el que la alianza terapéutica con el/la profesional se haya generado y haya un clima de confianza y respeto.
– ¿Con qué frecuencia se hace uso de ello?
Debería hacerse uso de ella en cada momento en que la persona no pueda manifestar su voluntad por si misma, pero en el trabajo del profesional también manifiestan que les ayuda a conocer los deseos y preferencias de la persona en cualquier momento.
– ¿Hay una buena información y acceso de las personas con problemas de salud mental al respecto?
Creo que no. Es una herramienta que lleva ya casi 10 años en vigor y todavía no es conocida suficientemente por las personas profesionales y de la conocen algunos de ellos no comparten el modelo y no la usan y los que creen en el modelo, si están saturados de trabajo no encuentran el momento de sentarse a realizarlo. Porque se necesita tiempo de escucha, de información y de orientación para poderlo realizar con tranquilidad.
– En caso de no ser así, ¿a qué se debe?
Se necesitan más acciones formativas e informativas dirigidas a todos los colectivos, principalmente a las personas con experiencia propia en salud mental para que reconozcan y defiendan sus derechos, hacia los profesionales para que conozcan bien la herramienta y sus beneficios y al movimiento asociativo para que ayude a sensibilizar en el cambio de modelo de atención desde la sustitución de la persona hacia el respeto a las voluntades, deseos y preferencias.
– Si una persona formaliza esta planificación y se incumplen sus decisiones, ¿qué deben hacer, dónde deben acudir?
Se debe generalizar la presentación de quejas en salud mental, que no se producen. Muchas veces por desinformación, otras por miedo a represalias en futuras situaciones de crisis… creo que hay muchos motivos. Como cualquier persona pueden pedir la hoja de reclamaciones. Y, recientemente, se ha creado en Andalucía la figura del defensor del paciente en salud mental que puede recibir quejas y reclamaciones.
– ¿Existe algún requisito específico para poder formalizar la planificación?
Se recomienda realizar en un momento de estabilidad en el proceso sanitario.
– Eva, como persona con experiencia propia, ¿qué valor tiene contar con esta herramienta?
Tiene una importa crucial que le pregunten a uno, ante una crisis, cómo quiere que le traten; quién quiere que le trate; qué familiar le apoye; las medicinas que no te han sentado bien y las que te han sentado bien; dónde quieres el ingreso y dónde no quieres el ingres;, lo que te ha resultado desagradable y que lo podamos contestar y quede reflejado para el futuro, y cuándo cree uno que podría tener una crisis y quién quieres que te ayude. Es genial.
– ¿Cómo te afecta que tenga que existir un recurso así para que se tomen en cuenta tus decisiones?
Bueno, por algo se empieza. Es mejor que no tener nada y de esto se pasa a tener más cosas o a pedir más cosas, y que se acaben teniendo en cuenta.
– ¿Crees que en algunos casos es necesario que se planifiquen de forma anticipada?
Yo diría que es necesario en todos los casos. Y todavía queda mucho por hacer, por pedir y por tener.
– ¿Has vivido en primera persona una situación en la que no se ha respetado tu decisión respecto a tu proceso de salud mental?
Todavía no se ha dado el caso que se hayan tenido que aplicar las voluntades anticipadas que realicé. Pero anteriormente he vivido situaciones muy traumáticas. La situación de los ingresos involuntarios en el Hospital Clínico de Málaga y en el Pabellón 2 del Hospital Marítimo de Torremolinos fueron horrorosas. El Clínico está en una planta con la puerta cerrada con llave; no se puede salir y en el patio hay un muro altísimo que parecía una prisión. Para los psicópatas, sociópatas presos o presas peligrosos que estén en una planta con una puerta con llave cerrada, bueno.. porque son como los sitios donde los encierran. Pero para nosotros, no gracias. El Pabellón 2 del Hospital Marítimo es un sitio pequeño cerrado, del que no puedes salir a pasear ni a fumarte un cigarro si no viene alguien a verte y te saca a pasear. Yo no tenía a nadie y fue un mes horrible.