Acercamos nuestro modelo de autonomía e inclusión en la comunidad a la VII Conferencia Sectorial de Mujeres y Niñas con Discapacidad de Fundación Cermi Mujeres
Hoy se ha celebrado la VII Conferencia Sectorial de Mujeres y Niñas con Discapacidad organizado por Fundación Cermi Mujeres con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, bajo el título ‘Por el derecho a decidir cómo queremos vivir‘. Un acto en el que ha participado nuestra presidenta, Elena Briongos Rica, como representantes del movimiento asociativo de la Salud Mental y como patrona de Fundación Cermi Mujeres. Un acto de inauguración ha contado con la presencia de la ministra Ione Belarra y Ana Peláez Narváez, comisionada de Género e Igualdad y vicepresidenta ejecutiva de la Fundación Cermi Mujeres.
Durante su intervención en el panel de expertas, y bajo el título de ‘Salud Mental, vida independiente e inclusión en la comunidad‘, Elena ha querido recordar como la salud mental «ha sido ese patito feo de la discapacidad que durante mucho, demasiado tiempo, ha permanecido oculto, detrás de las puertas de la vergüenza, del estigma, del miedo… Cómo la salud mental o más bien dicho los problemas que afectan a la salud mental han tenido esa etiqueta, casi maldita, que había que esconder de la forma que fuera incluso identificándola con otro tipo de discapacidad si era necesario».
En su retrospectiva hacia lo que era y representaba tener un diagnóstico en salud mental, Briongos reconoció sentirse «orgullosa, muy orgullosa de que esos tiempos que antes mencionaba queden lejos y las cosas hayan cambiado sustancialmente. Me siento feliz de que muchas personas ya no sientan la salud mental y sus problemas como una losa que ocultar», pero también reconocía «que seguimos avanzando en desventaja frente al camino que muchas otras discapacidades ya tienen avanzado. Me preocupa, cuando tengo la oportunidad de intercambiar opiniones con gente nueva, que la salud mental entre dentro de una especie de moda que termine por banalizar los verdaderos problemas de la salud mental».
Respecto al papel que desempeña nuestro movimiento asociativo respecto a potenciar la autonomía de las personas a las que representa, Briongos quiso hablar de lo que conoce primero como perceptora y después como miembro de las Juntas Directivas. «Debo mostrar mi orgullo por lo bien que nuestro movimiento ha sabido avanzar, adaptarse y escuchar las necesidades de las personas con problemas de salud mental. No voy a decir que todo sea perfecto y que ya tengamos resuelto todo, ni mucho menos. Pero sí puedo decir que el cambio de sistema que hemos vivido en los 30,40 años de media que tienen nuestras asociaciones ha sido INCREÍBLE. El cierre de los manicomios, en los años 80, se hizo con grandes ideales pero muy pocos medios. Las familias tuvieron que afrontar esta realidad como buenamente pudieron. Una de las soluciones que “fabricaron”, y a la que estamos muy agradecidas, fue la creación del movimiento asociativo», explicó.
Igualmente, Elena relató como las personas con problemas de salud mental pasaron de estar en centros psiquiátricos cerrados a vivir con sus familias, que los “llevaban de la mano” (en algunos casos de manera literal) bajo los mandatos de psiquiatras y psicólogos. «No me cabe la menor duda de la buenísima y amantísima intención de todos ellos y ellas. Fue su lucha y tesón lo que hizo posible la existencia del movimiento asociativo y de los recursos con los que contamos en la actualidad. Pero ese cambio no fue sino un sistema ‘parche’ que sirvió para solucionar un problema puntual que no era precisamente empoderar y garantizar la autonomía de las personas».
Durante su intervención, Briongos destacó que «al final “poder o no poder” tiene mucho que ver con “creer que puedes o no creerlo”. Y en estas estamos, convenciendo aún a la sociedad y todos sus agentes de que tener una discapacidad del tipo que sea no te excluye per sé de nada, salvo que otros te quieran excluir. Que la singularidad de cada individuo es irrebatible, con o sin discapacidad, y que la sociedad es mejor cuanto más respeta esta singularidad innata a la persona».
De la misma forma, quiso poner sobre la mesa la realidad que se vive dentro de las asociaciones «donde hay personas que con el mismo diagnóstico precisan de mayores o menores apoyos; y de esas personas quiénes deciden ser más activos o menos, y quiénes deciden ponerse al frente y quiénes prefieran la retaguardia…. no es la etiqueta la que decide sino las personas, y esto es una filosofía que tratamos de consolidar dentro de todo el movimiento asociativo. El movimiento asociativo de la salud mental en Castilla y León pone a la persona en el centro de todo. En el desarrollo de sus programas y proyectos, en los órganos de decisión, en los órganos consultivos… Hemos alcanzado un altísimo grado de profesionalización de nuestras asociaciones y eso nos ha posibilitado reconstruir la idea y concepto del asociacionismo, con el objetivo de que las personas tengan una mejor calidad de vida siempre potenciando su autonomía, su capacidad de decisión y favoreciendo su independencia«.
En este sentido, la presidenta de nuestra Federación destacó la apuesta del movimiento asociativo por los programas orientados a la formación y a la inclusión laboral; el incremento del recurso de viviendas con apoyo dentro de la comunidad, rompiendo con el modelo clásico residencial, así como la apuesta por motivar y acompañar a aquellas personas que deciden formar parte de Juntas Directivas o Comités Pro Salud Mental en Primera Persona.
Por otra parte, Elena Bringos trajo hasta esta Conferencia la figura del asistente personal en salud mental «una de las líneas en la que mayor impulso hemos realizado colocándonos con el mayor porcentaje de prestaciones realizadas en nuestra Comunidad Autónoma frente al resto de discapacidades». «La asistencia personal es, hoy por hoy, el modelo de servicio que más se ajusta al concepto de ‘centrado en lo importante para la persona’. Un servicio que la persona diseña a la medida de sus necesidades y posibilidades; con un alto grado de flexibilidad y con una base conceptual que es acompañar para favorecer las capacidades que mejoren el proyecto personal e individual de la persona», recordó.
Además, explicó el modelo de Apoyo de Pares en Asistencia Personal y su doble objetivo. «Por un lado ampliar la opciones de empleabilidad de las personas con diagnóstico; y por otra parte, mejorar y dar un plus al servicio y a su naturaleza basada en la confianza y la confidencialidad, que se ve incrementado cuando es desempeñada por otra persona que ha vivido y experimentado situaciones muy análogas a la persona que recibe el servicio. Los resultados están siendo todo un éxito, y actualmente el 5% de los profesionales de AP en nuestras asociaciones se corresponde con este modelo de apoyo de pares».
Otra de las grandes líneas que Briongos quiso compartir con la audiencia de este foro, fue el trabajo desarrollado en el área de mujer e igualdad, en ese camino de empoderamiento hacia la autonomía femenina. «Son ya innumerables las veces que he expuesto en diferentes foros nuestro increíble proyecto JULIA: Mujeres rurales y Salud Mental. Un proyecto que nace tras analizar la situación de las mujeres con problemas de salud mental y ver las enormes carencias y dificultades a las que se enfrentan por el hecho de ser mujer y tener un diagnóstico«, y destacó como «nos centramos concretamente en las aún más desfavorecidas, las mujeres del entorno rural, y como resultado tenemos a más de 350 mujeres que desde 2018 han participado en nuestros 54 talleres inclusivos y de empoderamiento femenino«. «La autodeterminación y la posibilidad de elegir qué proyecto de vida quieren poner en marcha son clave para que ellas alcancen una vida independiente y plena«, quiso poner de relieve.
Para cerrar su intervención, Elena quiero destacar «que tenemos que romper el estigma, el aislamiento y la soledad. Hay que apoyar a las personas con problemas de salud mental para que tomen sus propias decisiones y no dependan del criterio de los demás. Que nos dejen tropezar y caernos y volvernos a levantar. Ese es el sentido de la vida. De todas las vidas».
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